𝙱𝚛𝚊𝚗𝚍𝚎𝚒𝚜. @Colorlessdp

[ Aah, tengo que irme. Perdón por hacer al nene tan rígido: juro que lo estoy intentando hacer más social. :^( Tengan una linda noche. ]

Supongo... —Asintió un par de veces y, en un intento por ser amable, realizó un amago de sonrisa. Para su desgracia, fue un simple alargamiento de las comisuras. No era muy bueno fingiendo las emociones—.

...Preferiría no decir. —¿Precaución o paranoia? Sea lo que fuere, los datos personales se los guardaba para sí mismo. Qué problema el suyo—.

—Casi. Definitivamente, hablar con la muchacha fantasmal iba a resultar ser como seguir en su hogar. Y él no quería volver a casa—. Algo. —Sabía que, por su propia salud, iba a empezar a ignorarle de a poco—.

. . . —Por un momento, la tensión se le bajó. No podría ser de Hamburgo, ¿verdad...? La mala suerte no podía seguirle toda la vida—. ¿De qué parte...? —Mera curiosidad (y tal vez miedo).

—Pero si ya le había mencionado su nombre... ¿tendría que iterarlo?— Brandeis, Brandeis Schwarz. —Por supuesto, una nula voz fuerte fue la que liberó. Con suerte podría escucharlo si prestaba atención—.

—Oh, así que no lucían así por gusto propio... debió haber imaginado tal cosa—. . . . —Un par de segundos tuvieron que pasar antes de que se dignara a hacer algo en respuesta: encogerse de hombros. Así también le llamaban de pequeño, por lo que no podía impresionarse—.

—Se grabó el nombre en su interior, sin mucho más. No hizo amago de devolver ninguno de los dos gestos, llegando sólo a asentir en un único y seco movimiento—.

—A palabras hostiles, oídos sordos. No tenía intenciones de prestar atención a la conversación ajena—.

—Echó con ligereza la testa a uno de sus hombros, siendo aquella su manera de ladearla—. ¿Salvarme...? —. . . Oh, comprendía. . . . No, la verdad no lo hacía—.

Brandeis Schwarz. —No perdió la oportunidad de presentarse en ese mismo instante, a sabiendas de que a futuro no tendría tanta “confianza” (que no poseía) como en ese momento—.

. . . —Su mirar fijo se quedó en el muchacho; sin embargo, no era ningún acto de descortesía: únicamente quería acostumbrar la vista y asegurarse de que, en efecto, estaba en presencia de alguien con apariencia de... hmm... animal—. Buena noche. Brandeis.

—Repitió el nombre ajeno del ser que, a su creer, era mujer, en una voz poco perceptible. Mentira sería decir que reaccionó de algún otro modo que no fuese la impasibilidad por las malas palabras, pero ya era porque no le causaban nada en específico—. Suerte con eso.

Proviene de Alemania... —¿”Nombre bonito”? No había escuchado un comentario así ni de su madre, y eso que era la única que lo quería. Ante aquello, sólo alcanzó a jorobarse un poco más—.

. . . —La gente en ese lugar era bastante peculiar, pero de sus labios y pensamientos no saldría nada. Un “buena noche” murmurado salió, contestando al hombre de matices grises brillantes—.

—Reiteró el nombre para sí mismo, procurando guardarlo en su memoria para un futuro—. Brandeis Schwarz —replicó en un tono bajo de vuelta—. Es un gusto, también.

—Ah, ese comportamiento le recuerda a su casa. Al parecer, siempre habría una esencia adonde fuera—. Brandeis. —Contestó al... ¿fantasma? La vista le fallaba desde siempre, pero no se hacía muchas ideas.

—Nunca fue alguien de juzgar, y la fémina con aspecto gatuno no entraría en el área de excepciones. Evitando el mirarle de arriba a abajo a toda costa, alzó la diestra y, con la misma, saludó—.